¿Qué es y cómo funciona el
aprendizaje invertido?
La educación
invertida es un enfoque pedagógico en el que la instrucción directa se realiza
fuera del aula y el tiempo presencial se utiliza para desarrollar actividades
de aprendizaje significativo y personalizado.
En la mayoría de las aulas de las universidades el escenario típico de un día de clases consiste en que el profesor pase al frente, “da la clase” y escriba en el pizarrón para impartir su cátedra. Él es la figura central del modelo de aprendizaje –the sage on the stage–, mientras que sus estudiantes toman apuntes y se llevan tarea que deberán realizar en casa al finalizar la lección. El profesor sabe o se percata que muchos alumnos no entendieron completamente la clase del día, pero no tiene el tiempo suficiente para reunirse con cada uno de ellos de forma individual para atender sus dudas. Durante la clase siguiente, él solo recogerá y revisará brevemente la tarea, aprovechará para resolver algunas dudas, pero no podrá profundizar mucho ya que la clase no se puede retrasar porque hay mucho material por cubrir antes del examen final (Hamdan, McKnight, McKnight y Arfstrom, 2013, p. 3). Lo anterior, es parte de un modelo de enseñanza tradicional centrado en el profesor.
Educadores
alrededor del mundo están tratando de cambiar este modelo tradicional –enfocado
en el avance a partir de un plan de estudios– por uno guiado por las
necesidades de aprendizaje de los alumnos. El modelo que ha despertado interés
por su potencial es el Aprendizaje invertido, un modelo centrado en el
estudiante que deliberadamente consiste en trasladar una parte o la mayoría de
la Instrucción directa1 al exterior del aula, para aprovechar el tiempo en
clase maximizando las interacciones uno a uno entre profesor y estudiante.
La premisa
básica de este modelo es que la Instrucción directa es efectiva cuando se hace
de manera individual, pero debido a los recursos de las universidades, esto
requeriría de un equipo docente mucho más grande el cual la mayoría de las
instituciones no podrían costear (Bergmann y Sams, 2014, p. 29). Esto no quiere
decir que actualmente la instrucción sea necesariamente mala: puede ser una
manera efectiva de adquirir conocimiento nuevo; el inconveniente es el ritmo.
Para algunos estudiantes el avance puede ser muy lento pues se revisan
contenidos que ya saben; para otros, muy rápido porque pueden carecer del
conocimiento previo necesario para comprender los conceptos (Goodwin y Miller,
2013, p. 78).
En el método
tradicional el contenido educativo se presenta en el aula y las actividades de
práctica se asignan para realizarse en casa. El Aprendizaje invertido da un
giro a dicho método, mejorando la experiencia en el aula (Fulton, 2014, pp.
3-4) al impartir la Instrucción directa fuera del tiempo de clase –generalmente
a través de videos. Esto libera tiempo para realizar actividades de aprendizaje
más significativas tales como: discusiones, ejercicios, laboratorios,
proyectos, entre otras, y también, para propiciar la colaboración entre los
propios estudiantes (Pearson, 2013, p. 5).
En este método,
el profesor asume un nuevo rol como guía durante todo el proceso de aprendizaje
de los estudiantes y deja de ser la única fuente o diseminador de conocimiento.
Facilita el aprendizaje a través de una atención más personalizada, así como
actividades y experiencias retadoras que requieren el desarrollo de
pensamiento crítico de los alumnos para solucionar problemas de forma
individual y colaborativa.
Con la ayuda de
una o varias tecnologías, los maestros narran presentaciones que autograban
desde su computadora, crean videos de ellos mismos o seleccionan lecciones de
sitios de internet como TEDEd y Khan Academy que sirvan al contenido que están
abordando. Como se mencionó anteriormente, el video es uno de los principales
recursos, aunque también se puede hacer uso de otros medios y recursos
electrónicos como screencasting, digital stories, simulaciones, ebooks,
electronic journals, entre otros más.
Muchos
educadores comienzan a invertir sus clases mediante el uso de este tipo de
materiales de fácil acceso para que los estudiantes los vean en el momento y
lugar que les sea más conveniente y tantas veces como lo necesiten para llegar
mejor preparados a la clase. Aprovechando esta preparación anticipada, los
profesores pueden dedicar más tiempo a implementar estrategias de aprendizaje
activo con los estudiantes como realizar investigaciones o trabajar en
proyectos en equipos. También pueden utilizar el tiempo de clase para comprobar
la comprensión de los temas de cada estudiante y, si es necesario, ayudarlos a
desarrollar la fluidez de procedimientos a través de apoyo individualizado
(Musallam en Hamdan, McKnight, P., McKnight K. y Arfstrom, 2013, p. 4).
La integración de tecnología en el aprendizaje siempre ha propiciado mucho revuelo y expectativas debido a los cambios que la innovación puede acarrear. Es importante recalcar que este modelo de instrucción no consiste en un cambio tecnológico, únicamente aprovecha las nuevas tecnologías para ofrecer más opciones de contenidos a los estudiantes y, lo más importante, redefine el tiempo de clase como un ambiente centrado en el estudiante (Bergmann y Sams, 2013, p. 17).
La integración de tecnología en el aprendizaje siempre ha propiciado mucho revuelo y expectativas debido a los cambios que la innovación puede acarrear. Es importante recalcar que este modelo de instrucción no consiste en un cambio tecnológico, únicamente aprovecha las nuevas tecnologías para ofrecer más opciones de contenidos a los estudiantes y, lo más importante, redefine el tiempo de clase como un ambiente centrado en el estudiante (Bergmann y Sams, 2013, p. 17).
Otro aspecto
importante a resaltar es que la pedagogía detrás del modelo no es algo novedoso
y a primera vista se podría argumentar que al pedir “de tarea” a los
estudiantes que realicen la lectura de un texto para la siguiente clase
(práctica común que realizan profesores), ya se está implementando el
Aprendizaje invertido. Sin embargo, el potencial de este modelo va mucho más
allá de esa sencilla práctica, y el nivel de maximización del mismo dependerá
de la implementación que haga cada profesor.
Elementos clave
Actualmente no
existe una única guía para implementar Aprendizaje invertido, es necesario
continuar haciendo investigación cualitativa y cuantitativa rigurosa sobre este
método de instrucción. Considerando esto, un grupo de educadores experimentados
de la Red de Aprendizaje Invertido (FLN), en conjunto con los Servicios de
Logro Escolar de Pearson, realizó en 2013 un análisis de la tendencia del que
resultó la identificación de los cuatro pilares que hacen posible el
Aprendizaje invertido.
Fuente: Tecnológico de Monterrey
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